domingo

Feminismo joven

Por Yazmina Bastías Chávez

Considerarse feminista no sólo implica identificar relaciones de poder y dominancia, por parte del mundo masculino hacia las mujeres (mundo masculino, al que generalmente conocemos, no profundizaré en masculinidades), sino que también considerar el dominio que muchas terminamos ejerciendo entre nosotras mismas, siendo una consecuencia o producto de una sociedad criada y nutrida por el patriarcado. Por lo tanto, no sólo identificamos y denunciamos el abuso de poder desde los hombres hacia nosotras las mujeres, sino que las relaciones basadas en las jerarquías y privilegios de algunxs sobre otrxs.

Ahora, hablar de feminismo joven, no sólo es aludir a lo anterior, sino que se intenta evitar dentro de nuestro feminismo (si hablamos de éste como una forma de vida) los tradicionalismos, lo rígido, la verticalidad de las relaciones, el adultocentrismo en sí, que se llena la boca difundiendo una cierta sabiduría y experiencia que muchas veces sólo crea barreras y más prejuicios para nosotras y nosotros lxs feministas.

Sumado a esto cito a Sonia Cuales en el 2002, que expresa:

" ¿Cuál es, en realidad, la lucha de la feminista joven, moderna, nueva ? Bien, la nueva joven feminista quiere marchar al lado de su compañero de clase, su novio, su hermano. Ellas no quieren luchar solas. Mi experiencia ha sido que las jóvenes no quieren luchar contra los jóvenes. Ellas quieren entenderlos y quieren que ellos a su vez las entiendan. Ellas quieren que los jóvenes vean las molestías en las relaciones de género que ellas ven. Ellas preguntan ¿Cómo hacemos para que los jóvenes entiendan todo esto de desigualdad de género que nosotras vemos y no queremos ? ¿Cómo ellos pudieran verlo también?"

Somos parte de un feminismo renovado, limpio, con aires de transformación, que nos permita sentir, a todos y a todas, el poder de nuestra libertad, reconociéndonos como feministas, sea hombre o mujer, sea joven o adultx, sea quien sea. Sin caer en radicalismos, fundamentalismos, que lamentablemente, en líneas de nuestra historia feminista, se han insertado y aunque hemos cambiado y los evitamos muchas veces, en nuestras prácticas cotidianas nos persiguen.

Hay que seguir construyendo poder feminista, y sobre todo joven, que nos permita a todas y todos, tomarnos de las manos y vivir libremente sin juicios de valor, sin vulneración de nuestros derechos, con ganas de crear, difundir y fortalecernos como seres humanos y humanas, sujetxs en esta sociedad postmoderna.

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